Fe y futuro

Escrito el 04/07/2021
Alejandra Bouchard


“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Hebreos 11:1 (RVR1960)

Otras versiones dicen “tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera…” (DHH), y “la fe es la firme seguridad de las realidades que se esperan…” (RVR1977).

¿Sabes que estás esperando?  ¿O estas yendo por la vida a la deriva, sin un plan, sin pensar en el futuro? Dios nunca va a hacer por nosotros, lo que nosotros tenemos que hacer.  Sólo cuando hacemos nuestra parte, podemos esperar ejerciendo esa fe de la que habla Hebreos, en que Dios va a obrar en aquello que ya no depende de nosotros, para nuestro bien.

Alejandra, es que planificar lleva demasiado tiempo y yo estoy lleno de cosas!

Tendemos a confundir el movimiento con la acción.

El movimiento es cuando dices: ¡no tengo ni un minuto libre, ya no sé de donde sacar tiempo! Y la realidad es que puedes estar lleno de actividades pero la suma de esas actividades no te lleva a ningún propósito definido para tu vida.

La acción en cambio es cuando planificas cada actividad de modo que la suma de ellas te lleve a la concreción de un propósito: luego de ir a estudiar, te reúnes con compañeros de la facu, el fin de semana dejas algunas veces de salir con amigos para estudiar, te pones alarmas y te vuelves más estricto, pero, finalizado el cuatrimestre te puedes presentar a rendir 4 finales.

O vas al médico, comienzas a entrenarte, planificas, haces las compras y cocinas pensando en recetas bien balanceadas, te privas de algunas comidas y postres que te gustan, pero, luego de un tiempo, te ves mucho más saludable.

La fe en Cristo, es un tesoro que nos permite ir por la vida “teniendo la seguridad de lo que esperamos”.  Si ya tienes un plan, es adquirir el ejercicio de ponerlo delante de Dios, y avanzar, pidiéndole que abra o cierre las puertas, de acuerdo a Su voluntad, descansando en El, aún cuando lo que recibamos sea un no por respuesta, (fácil de decir, difícil de hacerlo las primeras veces).

Ahora, si no tienes ningún plan en el hoy, ningún propósito, te sugiero que frenes todo tu “movimiento” y te apartes un tiempo a solas para pensar que quieres lograr, y planificar como poder obtenerlo, calcular cual será el precio que tendrás que pagar (dinero, tiempo, esfuerzo), anotar cada etapa en detalle y comenzar a orar para que Dios vaya confirmando tu caminar.

El vivir sin planes y sin propósito hace que tu fe no crezca, ya que puedes hablar de fe pero no la has probado.

Como Hijo de Dios estas llamado a soñar con cosas que a ojos humanos pueden ser imposibles, pero para Dios nada es imposible. 

Esto quiere decir, si tu sueño forma parte del plan de Dios para tu vida, podrás vivir la experiencia más transformadora: caminar con la convicción de lo que no se ve, mientras te dejas moldear por el amoroso trato de Dios. Ya que en ese ejercicio de la fe, todo tu ser estará involucrado. Santiago 1:5-7 lo dice de este modo:

5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”.

¿Quieres seguir por la vida lleno de movimiento, permitiendo que tus días pasen de actividad en actividad sintiéndote importante pero no llegando a ningún lado, o te animarás a comenzar a caminar por fe?


“Señor Jesús, quiero que mi fe crezca, animarme a soñar tus sueños, dame la sabiduría que necesito para armar el plan de acuerdo a Tu voluntad, sabiendo que me amas y siempre tienes lo mejor para mi vida. Te amo Jesús, amén”.