“Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”. (Génesis 1:3)
“Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas….” (Génesis 1:6)
“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos…” (Génesis 1:28)
Más de 450 veces en la Biblia se repite la frase “dijo Dios”, y nosotros fuimos hechos a su imagen (Génesis 1:26).
Lo que decimos y el modo en que procesamos lo que nos dicen, incide directamente en lo que vivimos: en quienes creemos que somos, en lo que creemos que podemos lograr, en cuales creemos son nuestras capacidades, en cual creemos será nuestro destino.
Proverbios 18:21 nos enseña: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos”.
¿Cuántas veces un simple comentario puede arruinar tu día o por el contrario alegrártelo?
Damos por natural el hecho de comunicarnos, es más ahora en la virtualidad estamos hiperconectados pero, ¿a quién estas escuchando hablar acerca de tu vida? ¿Te detuviste alguna vez a pensar en el inmenso poder que existe en las palabras? ¿En cómo ellas inciden en tu presente y en tu destino?
La Biblia dice: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). Y la única verdad es la que Dios dice acerca de nosotros, y el poder transformador de lo que Dios nos dejó en Su palabra, la Biblia, para nuestra vida.
Esta semana, no oigas lo que cualquiera pueda decir sobre ti, si percibes que eso te daña. Inclusive si escuchas las noticias, no te desalientes, para los Hijos de Dios, sólo aplica lo que Dios diga de nosotros.
Ora para que el Espíritu Santo te revele cada día cuando leas la Biblia, las afirmaciones que Dios te da acerca de tu vida, de tu pasado, presente y futuro. Escríbelas en tu cuaderno, con fecha. Apréndelas de memoria, repítelas en voz alta, ponle música, cántalas. Llena tu mente y tu boca de las afirmaciones de Dios para tu vida.
Te dejo tres, y espero que añadas muchas más en tu lista personal:
“Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano; yo te he dicho: -No tengas miedo, yo te ayudo-” Isaías 41:13 (DHH)
“[Dios] Pondrá de nuevo risas en tu boca, y gritos de alegría en tus labios”. Job 8:21 (NTI)
“El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece”. Isaías 40:29 (RVC)
“Señor Jesús, necesito acallar las demás voces y poder oír Tu voz. Necesito saber lo que tu dices de mi, por favor, háblame. Te amo Jesús, amén”.